Galicia siempre estaba presente en nuestro listado sobre ¨lugares a los que ir de vacaciones¨, hasta este verano, que pasó de ser un proyecto vital a una realidad, ¡Y que viaje más emocionante amigos!
Después de nuestra primera experiencia en camper el año pasado por Ibiza, teníamos claro que esta vez nuestro viaje a Galicia no podía ser de otra manera, por lo que alquilamos esta furgoneta, y ¡nos pusimos en marcha!
Inicio de la ruta
En un primer momento queríamos iniciar el viaje desde Zaragoza, pero no encontramos ninguna camper que se ajustara a nuestro presupuesto, así que pasamos al plan B, ampliar la búsqueda a lugares más próximos a Galicia.
De esta manera, dimos con la furgoneta de Jose Luis situada en Salinas (Asturias). Si estáis pensando hacer un plan parecido al nuestro, os recomendamos totalmente esta furgo, tanto por estética y comodidad como por el trato con el dueño, que estuvo por y para nosotros ante cualquier sugerencia o petición.
Día 1
Salimos de Salinas y nos dirigimos hasta Cudillero, un pueblo que ostenta el título de ser uno de los pueblos más bonitos de España, y que queréis que os diga, no me extraña en absoluto. Este pequeño pueblo rezuma mar y pesca por todos sus rincones.





Antes de iniciar nuestro viaje, solemos usar la aplicación maps me para localizar en el mapa todos los puntos que vemos interesantes para descubrir y en el momento que estamos viajando, vamos improvisando pero con cierta información recopilada. Si hay algo que nos gusta de esta app, es que se puede utilizar sin conexión a internet ya que nunca se sabe en que momento dejarás de tener cobertura.
Tras una intensa mañana paseando por este lugar, nos dirigimos hasta Luarca para hacer la comida. Sin embargo, de camino, nos topamos con un parking para caravanas con una zona perfecta para comer a la sombra y con vistas. Ubicación aquí.
Sin embargo, como queríamos ver Luarca, estacionamos la furgo aquí , nos preparamos unas apetitosas viandas y gozamos de una buena y merecida siesta.

Destinando media día a Luarca, podéis ver el puente del beso con leyenda incluida, visitar su espectacular cementerio con sus imponentes vistas o desplazaros hasta la playa de las Arreas.
Muy cerquita teníamos opciones como las cascadas de Oneta, la playa del silencio, tourán o cabo busto lugar en el que nos comentaron que había una pastelería de obligada parada.


Como teníamos que elegir, nos decantamos por visitar la playa de Barayo, un lugar casi salvaje e impresionante a partes iguales. Se puede bajar por dos zonas, si vais por la tarde, evitar la bajada más cercana a este parking, ya que con la subida de la marea no podréis llegar a la playa.


¡Hora del baño y la cena! Desde aquí nos desplazamos al faro de Ribadeo, disfrutamos de un precioso atardecer y una cena con vistas ¿Qué más se puede pedir?
Lugar en el que dormimos y nos duchamos
DÍA 2
Cerca del faro, encontramos una zona de barbacoas con merendero incluido en el que desayunamos antes de ponernos en marcha.
Al lado, había una bajada a una pequeña y coqueta playa llamada » Praia de rocas blancas», y tengo que ser sincera, me habría encantado zambullirme en ese llamativo rincón pero me faltó valor, demasiado temprano para pasar frío. ¡Todavía me arrepiento!

merendero

Próxima a esta zona paseamos por el fuerte y la praia de Cargadoiro antes de montar de nuevo en la furgo, lugar bastante transitado por corredores y ciclistas.

Con el buche lleno, nos dirigimos hasta la playa de las Catedrales y tal como llegamos nos fuimos. Nos agobiamos con tanta gente, ademas para nosotros los sitios tan abarrotados pierden encanto, ¿A vosotros os pasa?

¿Próximo destino? Viveiro, donde pudimos comprar suministros. Además encontramos una zona de vaciado de aguas justo en este parking, en el que habían algunas autocaravanas estacionadas.
Buscando un buen sitio para detenernos a cocinar y comer, acabamos en este lugar.


Tengo que hacer mención especial a una tienda que venden productos a granel, ¡pues bien! tienen unos preparados que apenas llevan tiempo cocinarlos y están riquísimos, los cuales siempre nos salvan cuando tenemos el tiempo justo o se nos ha hecho tarde para cocinar algo más elaborado. Si vivís en Zaragoza o venís de visita alguna vez, aquí os dejo su localización.
Tras comer dimos un ligero paseo hasta Cova doncella, un agujero en una roca desde la que disfrutar de unas buenas vistas al mar y disfrutar de un ligero paseo entre helechos para bajar la comida.




A continuación nos desplazamos hasta la ruta Fuciño do porco, un paseo entre pasarelas con vistas imponentes. Si vais en verano, tened en cuenta que hay que reservar para acceder.


De camino encontramos la playa da Abrela, lugar al que volvimos tras la ruta para disfrutarla y llenar nuestro depósito de agua en una fuente cerca de la caseta del socorrista. Además la playa contaba con duchas en funcionamiento, dato importante teniendo en cuenta que estamos en pandemia y en otras zonas nos hemos encontrado con las duchas cerradas.

Llegado el momento crítico del día, había que buscar lugar para ducharnos y acabamos encontrando un lugar perfecto e intimo para ello.
Ubicación del lugar donde nos duchamos
Puede parecer una chorrada, pero tener la ducha exterior a veces puede convertirse en un momento complicado de gestionar, pero hasta el momento lo conseguimos con éxito.


¡Hora de la cena y de encontrar sitio para dormir! Utilizando park4night acabamos en una playa perfecta con poca gente en la que disfrutamos un montón.
DÍA 3
Recién desayunados dimos un paseo por la playa llegando hasta la cruz que recordaba en lo alto de un peñón el naufragio del que fue testigo unos años atrás.


¿Próximo destino? O Barqueiro, un pueblo cuyo nombre tiene origen en los barqueros que hacían posible que se pudiera cruzar de una orilla a otra. Aprovecho para chivaros que encontré una empresa que alquila kayaks para poder descubrir por el agua un tramo del río sor, su enlace aquí.
Otra de las renuncias que tuvimos que hacer fue la visita a la playa de Caolín, pero como me intenta inculcar siempre David, «a todo no se puede Sara», una verdadera lástima.
Entre unas cosas y otras, acabamos disfrutando de las vistas desde el faro de Estaca de Bares, el punto más al norte de la península Ibérica.


De nuevo entregándonos a la improvisación acabamos disfrutando de un paseo por los acantilados de Loiba. Hay un par de bancos muy solicitados, fotográficamente hablando, pero sobretodo unas vistas fascinantes.



¡Hora de comer!Llevabamos unos días queriendo comer fuera, asi que nos decantamos por una cocina más alternativa en el pueblo de Cariño. ¡Recomendadísimo al 200%! Creo que nunca me había «topado» con un camarero tan atento, por lo que fue un placer visitarles.

Si necesitáis rellenar el agua, nosotros lo hicimos aquí.
De nuevo en marcha nos dirigimos hasta el faro de Ortegal, el punto en el que se encuentra la divisoria imaginaria entre el Cantábrico y Atlántico. Además está rodeado por los acantilados más alto de nuestro país, por lo que es un lugar único.

Desde aquí nos desplazamos hasta Cantís de Vixia, donde pudimos ver el cuarto acantilado más alto de Europa (613 metros). Además, pudimos disfrutar de la naturaleza al máximo ya que pudimos rodearnos de caballos y vacas que andaban por allí con total libertad.



¿Os gustaría disfrutar de una playa de esas que tienen aguas turquesas? En Playa Sonreiras las encontraréis. Fue toda una sorpresa encontrar un lugar así, con poca gente y tan sumamente bonita.


Justo a la derecha de la playa hay unas piedras que llevan a un lugar que vimos desde lo alto perfecto para bañarte solo y disfrutar del mar sin compañía.

Para la ducha nos movimos hasta aquí, y a toda prisa para no perdernos el atardecer, avanzamos hasta este parking, lugar en el que además hicimos noche.


DÍA 4
Para desayunar elegimos desplazarnos hasta el faro de Meiras (Punta Frouxeira), uno de los más jóvenes de Galicia. Además nos encontramos con ciertos túneles militares.


Tras disfrutar de este increíble momento y desayunar con vistas, emprendimos viaje hasta A Coruña pasando por Ferrol.
En A Coruña aparcamos aquí y nos dirigimos hacia el casco histórico para perdernos por él. Si os gustan las tiendas especiales, llevaba mucho tiempo siguiendo esta tienda vía instagram, así que si tenéis oportunidad, está cerca del mercado de San Agustín.



Para abrir boca, nos comimos un pincho de tortilla de patata, una de esas tapas tan famosas en Galicia en uno de esos bares de toda la vida.

A la hora de comer debíamos elegir entre tres opciones, un sitio casposo y auténtico , un sitio con menú barato o por el contrario un sitio con comida más cuidada sin que nos importe el precio.
¿Que opción ganó? Pues bien, teniendo en cuenta que usamos mucho el camping gas, tiramos la casa por la ventana y decidimos comer aquí
La verdad que pagamos un poco más de lo esperado, pero mereció la pena totalmente.


Cuando organizamos el viaje, pensábamos seguir bajando por Galicia, pero en ese momento decidimos volver hacia el punto de partida para reducir el tiempo conduciendo, teniendo en cuenta que el último día desde Salinas a Zaragoza teníamos muchas horas de viaje.
Por esta razón, nos fuimos cerca de Doñinos a dormir y ver atardecer para terminar el día.

Día 5
No podíamos irnos de Galicia sin hacer surf. ¿Qué experiencia previa teníamos? Pues bien, la primera vez que practicamos este deporte fue en Somo, nuestra segunda en el viaje a Portugal y la tercera y última, en Biarritz.
¿Nuestro dominio? El justo para aguantar un par de segundos de pie.


Por esta razón alquilamos el material con esta empresa y rumbo al agua. Ese día el mar estaba más revuelto y por seguridad nos mandaron a la playa de San jorge.
Aunque en la playa había duchas y nos pudimos quitar el salitre, conseguimos agua en este pueblo para la ducha posterior, ubicación aquí. Subiendo por esa calle encontraréis la fuente.

Nos preparamos la comida aquí, y nos marchamos a la playa de Pantín donde dormimos.


lugar en el que dormimos


Día 6
Nos dirigimos hacia el interior y acabamos en Mondoñedo, otro de los pueblos más bonitos de España. Si pasáis por este lugar, os recomendamos comprar pan en esta panadería

Desde Mondoñedo podéis disfrutar del casco, visitar la fervenza Salto do Coro o la Cova do Rei Cintolo (esta última reservando).
Aprovecho para hablaros de esta Piscina de agua salada, que me hubiera encantado visitar pero que al final no nos pilló de paso.
Había bastante gente en el pueblo y se nos hizo imposible comer en él, asi que nos fuimos a una playa random que no recuerdo a comer y echar la siesta ya que a las ocho de la tarde teníamos que estar en el puerto de Viavelez viendo un espectáculo de los chicos de «piano du lac»


Para cenar elegimos este chiringuito de Asturias, que os recomendamos y avisamos de que debido a la demanda que tiene es imprescindible que reservéis.

Tras una cena copiosa, nos desplazamos hasta aquí para dormir, un sitio perfecto para bajar y disfrutar de la playa al día siguiente.

Si hay algo que he sacado en claro de este viaje, es que Galicia y Asturias es más de lo que esperaba. Que hay que descubrirlas o incluso vivirlas poco a poco, y aceptar que tiene tanto que entregar que por mucho que me empeñe en correr y ver más cosas, me faltarían vidas para hacerlo.
Asi que si estás pensando en visitarla, te animo a que te lances, ya que es un gran destino sobretodo después del año que hemos vivido.
¡Hasta la próxima!