Después de muchos meses sin salir de Zaragoza, tocaba una escapadita por el Pirineo. Conectar con la naturaleza se había convertido en las últimas semanas en un imperativo vital.
¿Te vienes?
Como viene siendo habitual, nuestro campamento base se situó en Aínsa. Si aún no conocéis esta pequeña joya de Aragón, sinceramente no se a que esperáis.
Si quieres descubrir Aínsa pincha aquí.
La ruta circular de las tres cascadas de Cerler, cuenta con dos opciones para realizarla, la larga que empieza desde el mismo pueblo, o la corta desde dónde la hicimos nosotros.
Debido a un desprendimiento en la carretera de Campo, tuvimos que dar una vuelta terrible para llegar, lo cual se nos ¨comió¨ gran parte de tiempo que íbamos a destinarle a la ruta. Así que, si vais a ir por la zona en este momento, tenedlo en cuenta o comprobar el estado de la carretera si tenéis que pasar por alli.
Nos pudimos desplazar en coche hasta este punto, lugar en el que aparcamos. Depende del coche que tengáis o de la prisa que llevéis, podéis estacionarlo también aquí, pero tened en cuenta que el paseo se reducirá considerablemente.
Desde el momento en el que aparcamos el coche, el paseo se tornó sencillo y agradable, incluso apto para ir con niños.

El conjunto de las cascadas son tres, Ardonés, Clotet y Mascarada. Sin lugar a dudas, la más impresionante es la primera por el caudal que lleva, sobretodo si vais en momentos de deshielo.

Si que en este punto os advertimos que os mojareis, y que además después del puente hay una zona que puede ser resbaladiza, pero que no encierra dificultad gracias a un cable anclado en la roca que facilita el paso.
Las dos siguientes son más modestas en cuanto al agua que transcurre por ellas, pero el desnivel que tienen las hacen de lo más atractivas igualmente.


Tras las cascadas, si seguís la señalización acabareis en Cerler. Por esta razón para no deshacer nuestros pasos, atravesamos un prado para volver a bajar al río y ascender hasta el coche de nuevo.

Habíamos leído que el restaurante ¨El rincón¨era un buen sitio para recobrar energías, pero nos confiamos tanto, que fue imposible reservar mesa, por lo que acabamos comiéndonos la longaniza de emergencia que siempre nos echamos a la mochila. ¿Nada mal tampoco no?
Si esta ruta la hacéis a partir del de Junio, también podéis ponerle un gran broche final al día, alquilando un kayak en el embalse de Linsoles, más info aquí.
¡Hasta la próxima!