Viajar tiene un abanico repleto de posibilidades, y así es como sentimos el mundo camper, al cual llevábamos tiempo queriéndonos unir y vivir.

El destino elegido para disfrutar de esta experiencia fue Ibiza, donde pasamos una semana en una furgoneta wolkswahen t4.
Con la pandemia de por medio, decidimos que la mejor opción para no juntarnos con gente y viajar improvisando, era alquilar una camper. Si estáis pensando alquilar una furgoneta allí, nosotros os aconsejemos que evitéis la empresa Kumundi, ya que pese a que nos decidimos a contratar sus servicios gracias a las opiniones positivas que tenían tanto en google como en airbnb, la poca profesionalidad de los mismos fue en más de una ocasión un lastre para vivir la experiencia a tope.
Día 1

Recogimos la camper cerca del aeropuerto y nos desplazamos hasta cala es bol nou, donde tuvimos la primera toma de contacto con el mar y los paisajes ibicencos. No os sorprendáis si veis a gente embadurnándose la piel con el barro arcilloso que hay en las rocas del final de la cala, ¡y probadlo!
Si después os queréis duchar, el restaurante cuenta con una instalación para ello y la presión es estupenda, algo que echaremos de menos en el resto de nuestro viaje con la furgo.

Antes de buscar un lugar para cenar y dormir, nos desplazamos hasta Sa Caleta, disfrutamos del paisaje, las barquitas al vaivén de las olas y el inicio del atardecer.

Ya en rumbo con la furgoneta encontramos un lugar idílico para disfrutar de los últimos rayos de luz pero volvimos a tener problemas técnicos con la furgo y nos tuvimos que mover hasta Es Xarcu. Con un cabreo de escándalo decidimos reconducir nuestras emociones negativas tirando la casa por la ventana y de esta manera acabamos cenamos a la luz de las velas en un restaurante con un gran encanto a la par que caro.


Habiamos aparcado la furgoneta con la cama frente al mar de tal manera que acabamos entregándonos a un sueño reparador con el sonido de las olas chocando con la orilla de fondo.
Día 2

Lección que tenéis que ¨grabaros a fuego¨ si no viajáis con vuestra furgoneta o si como nosotros sois unos novatos en el tema camper. Nunca dejéis la nevera conectada con la furgoneta apagada. La verdad es que cae de cajón pero pensábamos que la furgo tenía una batería externa para la nevera, o más bien lo dimos por hecho, ya que a la mañana siguiente justo cuando nos íbamos a poner en marcha no nos arrancaba. ¿Podían comenzar mejor nuestras vacaciones?

Pese a que mi genio parecía sacado de Sleepy Hollow, finalmente no rodó ninguna cabeza y nos desplazamos hasta un pueblo teñido de blanco, es cubells dónde disfrutamos de un paseo con panorámicas espectaculares incluidas.

Desde allí nos desplazamos hasta Atlantis, una piscina natural tallada en la roca. Os adelanto que para llegar hasta allí hay que sudar ya que el camino transcurre por una larga y gran pendiente entre rocas y arbustos, por lo que es imprescindible el uso de un buen calzado para no ¨morir¨ en el intento y llevar mucha agua.
No hay indicaciones pero seguramente os topéis con gente que vaya al mismo lugar y os puedan guiar, como acabamos haciendo nosotros. Además si os quedan energías podéis ir hasta la torre des Savinar y disfrutar de unas imponentes vistas con Es Vedra de frente.

Para ampliar la cantidad de despropósitos de nuestro día, llegamos tras 30 minutos empapados en sudor para que la piscina estuviera seca por lo que sin abandonar el optimismo que a ratos nos caracteriza decidmos hacer snorkel pues habiamos leído que era una lugar increíble para bucear. Sin embargo, al poco rato de entrar al agua las medusas hicieron su aparición estelar, por lo que huimos del lugar sin terceras oportunidades.
¿Creeís que conseguimos terminar el día decentemente? ¡Pues seguid leyendo!
No queríamos tentar a la suerte por lo que buscamos un lugar para pernoctar y bañarnos. De camino el hambre apretaba por lo que paramos la furgo en este lugar y desplegamos todos nuestros medios para cocinarnos unas buenas burguers, que sin lugar a dudas nos habíamos ganado.



De ahi nos movimos hasta un acantilado donde acabamos durmiendo. Muy cerquita había una cala de fácil acceso en la que nos bañamos disfrutando de los pececillos, de hecho nos sorprendió el atardecer todavía en el agua, por lo que aprovechando los últimos momentos de luz que el día nos regalaría, nos duchamos (recordad utilizar gel específico para no dañar el medio) y corrimos hasta la otra punta del acantilado con un par de birras en mano para ver el sol esconderse.


Día 3
Al tercer día parecía que los acontecimientos ya estaban de nuestra parte, y fue justo este día en el que conseguí saborear la parte positiva de viajar en camper. ¿Hay algo mejor que despertarte, ir directa al mar y poder disfrutar de este momento en total intimidad?

Próximos lugares a los que queríamos ir eran, cala conta, cala escondida, cala bassa o cala tarida. Las playas y el agua eran impresionantes, sin embargo muy concienciados con el covid, nos marchamos tras darnos un pequeño baño. En momentos normales ir hasta aquí, es obligado aunque siempre teniendo en cuenta que estará abarrotado.
Decidimos buscar establecernos durante esta noche y acabamos descubriendo este lugar. Habíamos leído que estaba prohibido pero nos colocamos justo detrás de las vallas y al poco rato empezaron a llegar más campers.
En ese mismo lugar hay una pequeña cala con casetas de pescadores en la que prácticamos snorkel y disfrutamos de un atardecer memorable.
Día 4
Misma dinámica que el día anterior, levantarte ponerte las chanclas, prepararte unas tostadas con jamón su buen aceite e irte a la orilla totalmente solos a desayunar. ¿Puede haber algo mejor?


Ya puestos en marcha nos dirigimos hasta Sa Galera, en el que os aconsejamos que madrugeis en el caso de que no vayais en moto porque si no para aparcar será una tarea bastante difícil. A nosotros pese a la ristra de inconvenientes que estaban marcando nuestro viaje, tuvimos suerte.
La cala tenía fácil acceso aunque os recomiendo chanclas que se agarren a tobillo, y en apenas 5 minutos el premio estaba allí para nosotros ya que en la cala apenas estábamos seis personas respetando el silencio y el descanso.

Teníamos claro que algún día teníamos que darle una tregua al camping gas, por lo que fuimos directos a Can Pilot para comernos un buen solomillo a la brasa. ¡No perdáis la oportunidad de ir!
Relamiéndonos las comisuras nos dirigimos hasta el mercado de la Forada en el que encontramos pequeños productores de productos ecológicos y la cafetería Can Tixedo que nos había recomendado visitar.
Desde aquí nos dirigimos hasta el mercadillo Las Dalias, en el que encontramos buen rollo, bastantes artesanos interesantes pero también, mucha gente por lo que de nuevo ahi se encontraba el covid devolviéndonos a la realidad, asi que decidimos marcharnos.
Destacar que justo en esta carretera encontramos un lugar en el que reponer el estanque de agua, 30 litros un euro. Además si estais atentos y os gusta curiosear tiendas de muebles antiguos, había un lugar a pie de carretera que nos llamó muchísimo la atención pero no pudimos entrar ya que estaba cerrado.


Antes de buscar sitio para dormir, queríamos ir hasta aigua blanca y embadurnarnos con sus afamados barros. Nos encontramos una zona muy familiar aunque si os desplazáis hasta el final, encontraréis una zona con gente más jóven o incluso nudista.

Buscando lugar para dormir nos dirigimos hasta Pou des Lleo y acabamos aparcando la furgoneta aquí. Estábamos completamente solos y tras el atardecer escuchábamos el resonar de tambores en una noche densamente estrellada.
Día 5

En cuanto nos levantamos fuimos hasta Cala Roig para practicar snorkel, la zona era perfecta para nadar y descubrir nuevos pececillos. Desde este lugar nos desplazamos hasta Benirrás ya que queríamos ver como era esa zona tan afamada por las reuniones de gente despidiendo el atardeceer al ritmo de los tambores, pero sinceramente está sobrevalorada ya que era una zona muy turística en la que para mi opinión ha perdido la esencia. De nuevo por tema covid nos marchamos antes de que se llenara de gente.

De nuevo buscando lugar para dormir llegamos hasta aquí, una gran explanada en la que dormimos a pierna suelta. Os recomendamos coger sitio pronto para disfrutar del atardecer con Es Vedrá al fondo ya que al ser un lugar tan accesible encontrar hueco libre podía convertirseen una ardua tarea.
Día 6
A punto de marcharnos de Cala Vadella, encontramos un punto de acceso en la que nos llevamos una grata sorpresa. Encontramos una pequeña cala en la que zambullirnos y exploramos pequeñas estrellas de mar o incluso una sepia.




Teniendo en cuenta que al día siguiente nos iríamos hasta Formentera, tuvimos que escoger un lugar para dormir próximo al puerto, por lo que después de comer nos pusimos en marcha y nos desplazamos hasta aquí. No era una gran playa pero para nosotros era mejor que dormir en cualquier parking.
Día 7
Rumbo a Formentera! pero os lo contamos en otro post! 🙂
Qué maravilla! Yo me voy con una amiga 4 días en septiembre y hemos cogido una furgo a través de Yescapa! Creo que va a ser un planazo, me voy a releer bien tu post Cuando se acerque la fecha ☺️
Me gustaMe gusta
Hola! Me alegro que te pueda servir de ayuda el post 🙂 Cualquier duda que te surja estamos por aqui, disfruta de Ibiza!
Me gustaMe gusta
estoy preparando viaje en camper por ibiza y os he encontrado… me ha ayudado muchísimo! muy bien escrito y los enlaces ❤ mil gracias!
Me gustaMe gusta
Me alegro muchísimo Ari! Disfruta de la isla 🙂
Me gustaMe gusta
Estamos pensando en ir a Ibiza en AC, no lo tenemos claro por las dimensiones y estamos viendo de que está prohibido pernoctar en cualquier sitio, qué nos decís? nos ha encantado vuestro blog.Muchas gracias.
Me gustaMe gusta
Hola Nerea! acabo de ver tu comentario (estamos un poco out del blog) Nosotros no hemos viajado nunca en Autocaravana, preferimos furgo para poder movernos por cualquier sitio y pasar más desapercibidos 🙂
Me gustaMe gusta