No hay nada que nos guste más que combinar senderismo con pozas, y si además es en un marco como éste junto al rio Alcanadre, el plan no puede ser más perfecto.
Ponte un buen calzado y vente con nosotros, ¡que empezamos!
Os presentamos esta sencilla ruta hasta la fuente de la Tamara, disfrutando de miradores espectaculares y de badinas con un color esmeralda irresistibles para el baño.
Datos de la ruta
- Inicio: Parking del albergue del salto de Bierge
- Recorrido: Lineal o circular, según la opción que queráis hacer
- Longitud: 9,5km entre ida y vuelta
- Duración: 3 horas más o menos
- Dificultad: Es sencilla aunque tiene alguna subida pronunciada
Empezamos la ruta desde el mismo parquing del abergue del salto de bierge, e iremos caminando en paralelo a río. La ruta está perfectamente señalizada, e incluso tiene un tramo habilitado para personas con movilidad reducida hasta un impresionante mirador desde el que podréis ver el cañón y el huevo de Morrano, una formación rocosa que destaca allí donde miréis.
Desde aqui el camino no dejará de subir y bajar debido a los constantes desniveles, pero pese a ésto hay una ventaja, ya que el camino no tiene pérdida. ¡Siempre hay que mirar el lado positivo!
Justo antes de llegar a nuestro destino final, veréis una bifurcación en el camino. Si la cogéis, veréis a vista de pájaro los estrechos de los fornazos un lugar habitual para los amantes del barranquismo que se encuentran descendiendo el barranco de la peonera.
¡Es hora de descender el último tramo hasta llegar a la fuente de Tamara!
Se trata de una piscina natural cuyo caudal se mezcla con la surgencia de Tamara y el agua que baja por el estrecho de los fornazos. Ya os adelanto de que el agua está bastante fría, ¡Ah! y ademas, no os podéis ir sin beber el agua que brota desde la roca, muy cerquita de un merendero que han habilitado.
¡Es hora de volver!
Hay tres opciones para ello, o volver por el camino por el que hemos venido o seguir las indicaciones para cruzar el río y volver por la otra orilla. La tercera opción consistiría en bajar por el río, y aunque hayamos leído que se podía hacer en verano no estamos al 100% seguros de que se pueda realizar sin conocer la zona al máximo.
Cuando terminéis la ruta, os habréis ganado una buena cerveza o refresco en el albergue del salto de Bierge. Ahora solo queda saborear ese momento y estirar los gemelos un poco antes de volver a casa.
¡Hasta la próxima!
Dicho y Hecho 